La ópera es una
obra teatral que tiene como característica principal el canto. En ese sentido,
todo el libreto y sus diálogos deben ser cantados aunque admite textos hablados
en ocasiones. Los cantantes son acompañados por una orquesta que embelesa con
la música. La ópera está relacionada con otros géneros teatrales como la
opereta, el musical y la zarzuela.
La ópera nació en
Italia a finales del siglo XVI. Podría ser una evolución de los madrigales
italianos, que consistían en escenas con diálogo acompañadas con música. Cuando
nació, la ópera se consideraba principalmente como una forma literaria, siendo
la música sólo una añadidura. Los compositores del ejército comenzaron a buscar un lenguaje
musical que expresara apropiadamente los textos que acompañaban. Además, los
músicos asociados con estudiosos deseaban revivir el drama de la Antigua Grecia
y su estilo musical. La ópera se hizo muy popular en Italia, especialmente en
Venecia y Roma. A fines del siglo XVII surgió la ópera napolitana que con una música
melodiosa y entretenida logró expandirse por casi toda Europa en el siglo
XVIII. El éxito de la ópera se debe a que las personas estaban acostumbradas a
oír música religiosa y especialmente en latín. La ópera trajo nuevos temas
cotidianos como el amor, temas sociales, temas cómicos y satíricos en el caso
de la ópera cómica y bufona. Hoy, todavía hay muchos que disfrutan de las
óperas, pero se ha visto una disminución del público debido a que hay in
interés mayor en las corrientes más modernas.
La ópera contiene
elementos del teatro, como la escenografía, vestuario, maquillaje y actuación
del libreto, que como se mencionó anteriormente, en lugar de hablarse, se
canta. Además, las actuaciones tienen un acompañamiento instrumental, que a
veces es una orquesta completa, logrando que los sentimientos que se quieren
expresar sean más intensos. Los cantantes líricos destacan por sus voces y
según sus registros están clasificados desde el sonido más agudo al más grave,
como: sopranos, mezzosopranos y contraltos, en mujeres, y tenores, barítonos y
bajos, en hombres.
Cantantes
Las primeras
representaciones operísticas fueron demasiado infrecuentes como para que los
cantantes pudieran vivir exclusivamente del estilo, pero con el nacimiento de
la ópera comercial a mediados del siglo XVII, comenzaron a surgir intérpretes
profesionales.
El rol principal de
héroe masculino era usualmente confiado a un castrato, y ya en el siglo XVIII,
cuando la ópera italiana se presentaba en toda Europa, los castratos
principales, que poseían un extraordinario virtuosismo vocal, tales como
Senesino y Farinelli, se convirtieron en estrellas internacionales.
La carrera de la
primera gran estrella femenina (o prima donna), Anna Renzi, data de mediados
del siglo XVII. En el siglo XVIII, un número de sopranos italianas ganaron
renombre mundial y frecuentemente se enredaban en feroces rivalidades, tal el
caso de Faustina Bordoni y Francesca Cuzzoni, quienes comenzaron una pelea a
golpes durante una representación de una ópera de Handel.
Los franceses no
gustaban de los “castrati”, preferían que sus héroes fueran interpretados por
un haute-contre (tenor alto), de los cuales Joseph Legros fue un ejemplo
destacado.5
En el siglo XIX
hubo una figura femenina de gran éxito comercial para los parámetros de la
época, María Malibrán, para quién algunos compositores reconocidos como Félix
Mendelssohn realizaron piezas. Contaba con una amplio registro de casi 3
octavas.
El siglo XX se
inicia de la mano del que muchos consideran el mayor tenor y del cual se cuenta
con registros fonográficos, el italiano Enrico Caruso, quien triunfó en los
principales teatros de ópera en Europa, así como en Nueva York y Buenos Aires y
fue el primer artista en vender 1 millón de copias de una grabación en disco.
Otra figura
importante fue la cantante conocida artísticamente como Maria Callas, cuya fama
trascendió el ámbito musical al mundo de la política y la farándula. Más voces
femeninas importantes de la segunda mitad del siglo XX son la cantante sueca
Birgit Nilsson, Renée Fleming, la estadounidense Jessye Norman, Joan
Sutherland, Montserrat Caballé, Victoria de los Ángeles, Renata Tebaldi, la
búlgara Ghena Dimitrova, Kiri Te Kanawa (quién canto en la boda del Príncipe
Carlos con la Princesa Diana y se calcula que dicha presentación fue vista por
600 millones de espectadores por televisión), Cecilia Bartoli, Katheleen
Battle, Angela Gheorghiu, Diana Damrau, Natalie Dessay y Anna Netrebko.
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