miércoles, 12 de marzo de 2014

EL VIOLÍN Y SUS ESPECIALES CARACTERÍSTICAS

El violín es instrumento de cuerda frotada, el más agudo de su familia. Otros miembros de esta familia son la viola, el violonchelo y el contrabajo. El arco es una vara de unos 30 cm de largo con una cinta de crines de caballo que va de lado a lado del mismo y con la que se frotan las cuerdas. El violín tiene cuatro cuerdas afinadas por quintas: sol 3, re 4, la 4, mi 5.


En los violines antiguos las cuerdas eran de tripa de lauchón. Hoy pueden ser también de tripa enroscada con aluminio, plata o acero.
Sus partes principales son la tapa, normalmente de abeto, el fondo de arce, los aros, el mango, el diapasón, el clavijero, la voluta, el puente, el cordal y las aberturas de resonancia o efes. La tapa, el fondo y los aros están pegados para formar una caja hueca de resonancia. Ésta contiene el alma, una barrita de madera colocada entre la tapa y el fondo, debajo y a la derecha del puente, y la barra armónica, un listón fino de madera pegado en el lado contrario del alma, a lo largo de la tapa. Los dos elementos son importantes para la transmisión del sonido. Además proporcionan un apoyo adicional a la estructura. Las cuerdas van desde el cordal, por encima del puente y del diapasón, hasta el clavijero, donde cada una se ajusta con una clavija de afinación. El instrumentista consigue diferentes notas pisando con los dedos de la mano izquierda las cuerdas contra el diapasón. Éstas vibran cuando el arco, formando un ángulo recto cerca del puente, las frota.
Entre las características más valoradas del violín se lucen su capacidad melódica y su agilidad, que le permiten interpretar pasajes brillantes y melodías bellas. Los violinistas pueden también crear efectos especiales por medio de las siguientes técnicas: pizzicato, pulsando las cuerdas; tremolo, moviendo el arco rápidamente atrás y adelante sobre la cuerda; sul ponticello, situando el arco casi encima del puente para producir un sonido delgado y cristalino; col legno, tocando con la vara del arco en vez de con la cinta de crin; armónicos, pisando las cuerdas sin que toquen el diapasón, con lo que se consigue un sonido agudo y aflautado y glissando, al pasar los dedos de la mano izquierda a lo largo de la cuerda para producir una afinación ascendente y descendente.
Este instrumento surgió en Italia a comienzos del siglo XVI. Parece haber evolucionado a partir de dos instrumentos de cuerda frotada: la fídula y la lira da braccio. También relacionado con el violín pero no un antecedente directo, es la viola da gamba, instrumento de seis cuerdas con trastes que apareció en Europa antes que el violín y existió junto con él durante unos 200 años.
Comparado con los instrumentos modernos, el violín antiguo tenía un mango más grueso, menos inclinado hacia atrás, un diapasón más corto, un puente más bajo y cuerdas hechas sólo de tripa. Los arcos antiguos eran algo diferentes en su diseño de los actuales. Estas características constructivas fueron modificadas en los siglos XVIII y XIX para producir un sonido más duro y brillante. Varios violinistas del siglo XX han restaurado y empleado instrumentos del siglo XVIII por considerarlos más adecuados para interpretar la música antigua.
En el pasado el violín no gozaba de muy buena reputación; se lo utilizaba para acompañar danzas o para doblar a las voces en la música polifónica. A comienzos del siglo XVII aumentó su prestigio al ser utilizado en óperas como Orfeo (1607) de Claudio Monteverdi, e impulsado por la orquesta del rey francés Luis XIV, los 24 violins du roi, formada en 1626. Esta tendencia continuó durante el barroco con obras de importantes compositores e intérpretes como Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi y Giuseppe Tartini en Italia y Heinrich Biber, Georg Philipp Telemann y Johann Sebastian Bach en Alemania. El violín se convirtió en el principal integrante de las obras instrumentales: el concierto a solo, el concierto grosso, la sonata, la trío-sonata, la suite y la ópera. A mediados del siglo XVIII era uno de los instrumentos solistas más populares de la música europea. También formaban la sección más importante de la orquesta, con más de la mitad de sus integrantes. La agrupación instrumental de cámara más desarrollada de este periodo, el cuarteto de cuerdas, está formada por dos violines, viola y violonchelo.

Muchos compositores se dedicaron a componer piezas hasta hoy. En ese sentido, encaja perfectamente en diferentes tipos de ensambles, incluso en la  música actual.

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